CFA llama a retomar senda de consolidación fiscal y estima que déficit estructural en 2023 sería en torno a 3% si el Gobierno considerara que parte de los ingresos por litio son extraordinarios
El Consejo Fiscal Autónomo presentó ante el Congreso su informe trimestral sobre Balance Estructural (BE). En el documento, plantea que al no existir una meta de BE específica para 2023 se dificulta su monitoreo. Sin embargo, dado que el presupuesto para este año se construyó de manera consistente con un déficit estructural de 2,1% del PIB, el CFA identifica que -según las últimas estimaciones de la Dipres- se generaría un desvío y se cerraría en 2023 con un déficit estructural de 2,6% del PIB. E, incluso, el Consejo advierte que este déficit sería de 3% del PIB si Hacienda hubiese aplicado para este año la metodología que considera que parte de los ingresos por litio son extraordinarios. Además, el CFA advierte que se requiere converger a un BE cercano a 0 para no superar el nivel prudente de deuda bruta de 45% del PIB, lo que “contrasta con el déficit estructural de 0,5% del PIB planteado por la Dipres desde 2026 en adelante”, dice el informe.
El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) presentó hoy ante la Comisión Especial Mixta de Presupuestos el “Informe de evaluación y monitoreo del cálculo del ajuste cíclico de los ingresos efectivos”. En la instancia, expuso el presidente del Consejo, Jorge Rodríguez, quien fue acompañado por el vicepresidente del organismo, Hermann González, y los consejeros Aldo Lema, Jeannette von Wolfersdorff y Marcela Guzmán.
En este documento, que se publica de forma trimestral, el Consejo verifica que la Dirección de Presupuestos (Dipres), en su Informe de Finanzas Públicas (IFP) del tercer trimestre de este año, aplicó correctamente la metodología para calcular el ajuste cíclico de los ingresos efectivos de 2023-2028.
Sin desmedro de lo anterior, el Consejo remarca que el decreto de política fiscal vigente no incluye una meta de BE específica para 2023, lo que dificulta el análisis del cumplimiento de las mismas. Tomando como meta para este año el -2,1% del PIB que el Ejecutivo había estimado cuando se elaboró la Ley de Presupuestos 2023, el CFA alerta en su informe que el Gobierno proyecta un desvío respecto de ella. Esto, ya que según las últimas cifras de la Dipres, el Gobierno cerraría este año con un déficit estructural superior, de 2,6% del PIB. E incluso, el CFA advierte que el BE en 2023 sería aún más deficitario si el Ejecutivo hubiese aplicado para este año la nueva metodología para ahorrar el componente extraordinario por los ingresos fiscales por litio, llegando, en ese caso, a un déficit de 3% del PIB. Para que el Gobierno disminuya el desvío respecto de su meta, el Consejo sugiere al Ministerio de Hacienda contener los gastos en el último trimestre. Esto “es esencial para dar credibilidad a la regla fiscal y a su nuevo marco dual”, indica el informe.
Respecto a la meta de BE fijada por el Gobierno para 2024, de -1,9% del PIB, el CFA indica que ella representa un avance en la disminución del déficit estructural, pero implica que el Ejecutivo deberá hacer un importante esfuerzo fiscal que, en la práctica, consiste en tener un bajo crecimiento del gasto público en los próximos años. Y sostiene que eso afectará no sólo a esta administración, sino que también el esfuerzo lo deberá hacer el Gobierno siguiente. Esto, con objetivo de estabilizar la deuda bruta y converger a niveles compatibles con la sostenibilidad de las finanzas públicas.
En ese sentido, considerando las proyecciones de la Dipres desde 2025 en adelante, el Consejo advierte que estas muestran que “para lograr la consolidación fiscal se deberá hacer un esfuerzo sustantivo en términos de control del gasto”, dice el informe. En detalle, las cifras presentadas por la Dipres dan cuenta de que el gasto para el período 2025-2028 crecería sólo en 0,9% promedio anual, mientras que en 2024 aumentaría en 3,7% respecto a la ejecución proyectada. “Esto implica un desafío importante si se compara con las cifras históricas de crecimiento del gasto público”, dice.
Además, el CFA alerta que no existen espacios para nuevos gastos permanentes en los próximos años si no se aumentan las fuentes de financiamiento también permanentes, las que pueden provenir de un mayor crecimiento tendencial, nuevos ingresos tributarios, menor evasión, reasignaciones o mayor eficiencia del gasto.
“Para la sostenibilidad fiscal de largo plazo, el CFA estima que se requiere converger a un BE equilibrado (cercano a 0) para no superar el nivel prudente de deuda bruta de 45% del PIB. Esto contrasta con el déficit estructural de 0,5% del PIB planteado por la Dipres desde 2026 en adelante, lo cual implicaría que la consolidación fiscal no terminaría en la presente administración e incluso, podría generar que la deuda pública sobrepase su nivel prudente en la próxima década”, advierte.
Respecto al cambio en la regla fiscal para ahorrar los mayores ingresos fiscales por litio, el Consejo mantiene observaciones sobre la metodología utilizada para que ella fuese más prudente, e insiste en que se aplique desde 2023 (el Gobierno anunció que la aplicará recién en 2024). Pese a esto, valora que la nueva metodología contribuye a atenuar en parte los riesgos de financiar gastos permanentes con ingresos transitorios.
Riesgos para las finanzas públicas
El Consejo insiste en su advertencia de que podrían repetirse en los próximos años factores que han afectado negativamente los ingresos y al alza los gastos en 2023, respecto a las proyecciones iniciales de la Dipres en su IFP del tercer trimestre de 2022. Entre esos riesgos, están una menor actividad y márgenes operacionales en la minería, una reactivación económica débil, mayores presiones permanentes de gasto por el cambio climático y más gasto público en Salud por el potencial impacto fiscal que podría tener el traspaso masivo de afiliados de Isapres a Fonasa.
A ello se suma, dice el CFA, el aumento de riesgos para la economía internacional debido a políticas monetarias restrictivas en economías desarrolladas, la evolución económica de China que tiene efectos sobre el precio del litio y el cobre, y la escalada del precio del petróleo por el conflicto en Medio Oriente. “Todo lo anterior genera un riesgo a la baja en las proyecciones macroeconómicas y de ingresos fiscales, en especial para 2024. Al respecto, las proyecciones del Ministerio de Hacienda para el PIB se mantienen por sobre las expectativas del mercado en el periodo 2023-2025, en especial para la parte minera”, alerta el Consejo.
También alerta que la deuda bruta se incrementará en 2024, llegando a 41,1% del PIB (el nivel prudente establecido por el Gobierno es del 45% del PIB). “El CFA advierte riesgos en este ámbito que el Ministerio de Hacienda debe monitorear y mitigar”, sostiene el informe. Y advierte que la deuda neta aumentará de 34,2% del PIB en 2023 a 38% del PIB en 2028, debido a que los activos del Tesoro Público caerían en el mismo periodo, de acuerdo a las proyecciones de la Dipres. Agrega, además, que hay otras fuentes de financiamiento que quedan fuera de la regla fiscal dual que pudieran ser riesgosas, como las deudas con proveedores y de las empresas públicas.
Finalmente, el Consejo recomienda que la Dipres especifique el uso planificado de los US$21.000 millones, para los que solicitó al Congreso una autorización máxima de endeudamiento para 2024. En esa línea, el CFA señala que la Dipres debería detallar la parte del endeudamiento que será destinada a financiar el déficit fiscal, amortizaciones y refinanciamiento de deuda, y financiamiento de “otros requerimientos de capital” con una descomposición de los mismos. Y destaca que la cifra solicitada neta de amortizaciones (4,6% del PIB) se ubica por sobre el promedio de 2,9% del PIB de la década de 2010 (previo a la pandemia).
Créditos de la foto: Comunicaciones - Senado