CFA destaca importancia de asegurar ingresos permanentes para financiar el proyecto de manera sostenible
El Consejo Fiscal Autónomo envió este jueves 6 de enero al Congreso un documento, que fue solicitado por esa corporación, en el que se analizan las tres fuentes de financiamiento planteadas por el Ejecutivo en su propuesta de Pensión Garantizada Universal (PGU). Junto con sugerir revisar ciertos aspectos, el organismo que preside Jorge Desormeaux también advierte que “es indispensable que se cuente con un estudio actuarial actualizado que permita evaluar la sustentabilidad del Fondo de Reserva de Pensiones para el cumplimiento de su función legal de complementar el financiamiento de las obligaciones fiscales en materia previsional”.
El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) envió este jueves 6 de enero al Congreso un informe, solicitado por esa corporación, en el que se aborda específicamente el financiamiento del proyecto del gobierno que busca establecer una Pensión Garantizada Universal (PGU).
En el marco del mandato que tiene el CFA, de contribuir al manejo responsable de la política fiscal del Gobierno Central, el organismo que preside Jorge Desormeaux analizó en el documento el financiamiento y también los efectos en la sostenibilidad fiscal de la propuesta del Ejecutivo.
En el escrito, titulado "Análisis del Consejo Fiscal Autónomo sobre el financiamiento de la Pensión Garantizada Universal”, se revisan las tres fuentes complementarias planteadas por el gobierno: 1) reducción y eliminación de exenciones tributarias; 2) provisión para mayores gastos previsionales incluida en la Ley de Presupuestos 2022 y en la programación financiera 2023-2026; y 3) reducción del aporte obligatorio que anualmente debe realizarse al Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) en 0,1% del PIB.
Según el CFA, “si bien el Ministerio de Hacienda indica que en régimen el mayor gasto fiscal con las indicaciones se ubicaría en aproximadamente 0,95% del PIB, las cifras hacia
2050 no muestran una estabilización completa del mayor gasto, ya que para dicho año este aún se encuentra en ascenso”. En base a esa observación, un primer elemento que analiza el Consejo se refiere al período de la proyección fiscal. “Si bien el CFA valora que la Dipres realice proyecciones a cerca de 30 años (2050), tratándose de materias previsionales se sugiere, en línea con recomendaciones internacionales, que dicho ejercicio considere un horizonte aún mayor (por ejemplo, de al menos 50 años), de forma tal de apreciar en plenitud el efecto de la transición demográfica en el sistema”, dice el informe enviado al Parlamento.
De acuerdo al CFA, un segundo elemento esencial en reformas a los sistemas de pensiones se refiere a las proyecciones de largo plazo y los supuestos de indexación utilizados, así como a la importancia de contar con escenarios alterna>vos que consideren la incertidumbre y en que las prestaciones crezcan, por ejemplo, a la par de los salarios reales. Esto, considerando que cada cierto tiempo los beneficios de la PGU se ajustan discrecionalmente superando las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC), lo que elevaría las presiones de gasto más allá de lo contemplado en el informe financiero de la Dipres.
Y un tercer elemento que analizó el CFA fue si se cumple o no el principio de financiar gastos permanentes con ingresos permanentes, clave para la sostenibilidad fiscal.
En definitiva, considerando todos los aspectos analizados, el CFA concluye que “lo prudente es asegurar ingresos permanentes por un valor al menos equivalente a 0,95% del PIB anual en régimen para financiar de manera sostenible la PGU”.
Para llegar a esa conclusión, el CFA observó en su análisis que las fuentes de financiamiento de la PGU tienen distintas implicancias sobre la situación fiscal. Así, plantea ciertas precauciones y sugiere revisar y reemplazar algunas fuentes de financiamiento con el objetivo de asegurar que esta política pública -que aborda una importante y urgente necesidad de mejorar las pensiones en nuestro país- pueda implementarse adecuada y sosteniblemente.
1) En el caso de la reducción y eliminación de las exenciones tributarias, el Consejo observa que corresponde a nuevos ingresos permanentes, por lo que su efecto para financiar el gasto de la PGU no tiene impacto sobre el balance estructural ni en la deuda bruta o neta del gobierno. Sin embargo, advierte sobre la fecha de entrada en vigencia de esos cambios a las exenciones, ya que los ingresos que provendrían de esa fuente dependen de la aprobación de un proyecto separado del que crea la PGU.
Por esto, el CFA sugiere buscar fórmulas legisla>vas para que la implementación de los cambios tributarios que genera esta fuente de financiamiento sea anterior o que, al menos, coincida con la entrada en vigencia de la PGU.
2) En cuanto a la provisión de los mayores gastos previsionales incluidos en la Ley de Presupuestos 2022 y en la programación financiera (2023-2026), el CFA plantea en el informe que su uso para la PGU no significaría conceptualmente un deterioro para el balance estructural, al menos respecto de lo ya proyectado hasta 2026, por lo que, en un principio, no afectaría la deuda bruta ni neta del gobierno. Esto, asumiendo que la “ley larga de pensiones” no se aprueba, ya que no podría usarse la misma fuente de financiamiento para dos proyectos distintos.
Sin embargo, el Consejo identifica en su informe “una serie de precauciones y limitaciones respecto de esta fuente de financiamiento y plantea que un análisis de sostenibilidad de largo plazo no debiera basarse en una programación financiera de mediano plazo, menos aún en un contexto de déficit estructural. De esta forma, se identifican desafíos y riesgos para la consolidación fiscal si se considera esta provisión como financiamiento permanente”.
3) Finalmente, sobre la disminución del aporte mínimo obligatorio que debe realizarse anualmente al FRP, que pasaría de 0,2% a 0,1% del PIB, el CFA dice que “implica una menor acumulación de ahorro para el financiamiento de los gastos previsionales futuros, para designarlas a gasto corriente en pensiones”.
Así, señala el Consejo, “en cuanto a los efectos en las variables fiscales del gasto en PGU financiado con el menor aporte al FRP, ello implicaría un mayor déficit estructural anual de 0,1% del PIB, por cuanto no existe una contraparte de mayores ingresos permanentes asociados”. A la vez, indica el CFA que la deuda neta aumentaría, debido a que el cambio implica un menor ahorro des>nado al FRP, al reducir su aporte mínimo anual a la mitad. En base a este análisis, el Consejo sugiere su reemplazo por otra fuente de financiamiento con características de permanente.